Analizo mi camino de regreso a las puertas de mi casa, mientras mi cuerpo esta tendido en el suelo, miro al cielo en una noche nublada de invierno, tirado en el azulado pasto, alumbrado por un faro blanco, mi mente se pone un par de patines a salir a dar una vuelta, deslizo en una bajada a 30 metros de la entrada a Lomas del Valle, paro en un viejo portón con mayas, adentro hay mas monte y arbustos que en una reserva natural al norte de la ciudad; tengo la sensación de estar perdido en Central Park una noche de verano.
Estoy viendo una caseta, tres mesas de plástico y unas cuantas personas sentadas, hace su aparición de entre los arbustos un tipo de pelo largo que no aparenta ser de
por aquí, tiene el aspecto de un gitano. Trae una cerveza en la mano, se sienta, echa un trago y se pierde entre sus ideas mirando un valle de luces repleto de casas.
Bajo por una empinada cuesta de tierra, esta demasiado empinada, mi cuerpo comienza a rodar hasta quedar estacionado cerca de un árbol de Nim, lleno de polvo me sacudo un poco y continuo ileso en un suave paseo por la
s calles vacías del residencial; me detengo frente a unas verjas no muy altas y las observo hasta el amanecer, entonces me doy cuento que estoy en casa.
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