Salto a la Cama a la mitad de un
sueño, acurrucándome entre las sabanas y las patas traseras de mi amo, surge un
calor inesperado, para pasar la noche siempre merodeando; antes del amanecer
como siempre salgo por la ventana entre abierta, esto para explorar mi campo
que hasta ayer deje intacto; sobre mis cuatro patas veo los mismos restos de
siempre en la basura del vecino, que ahora dejo su auto afuera, frente a mi
patio de juegos -.-
Un colega me saluda a la distancia,
y se queda distraído, parece un poco ocupado viendo un Guis posar entre los
cables, está observando todo su campo desde la quinta rama de un palo de mango.
Un loco en un cartón me grita que
me vaya, solo quiere dormir, otro día como el anterior será que me que cuente
la historia de cómo perdió todo y no tiene amos como el mío; ya sé cómo son
ellos, es un viejo amigo y está muy ebrio para recordarme, otro cuadrúpedo de
mayores proporciones, come paja en un terreno sin techo, a unas cuadras de mi
casa, todas las casas están oscuras y solo las sirvientas están despiertas preparando
la comida, ese jugo amargo y negro que parece que un hombre les puso como
penitencia a cada hombre de casa, me lamo las almohadillas antes de entrar a
tomar mi leche.
Mi amo me toma por el vientre para
despedirse y se despide; hasta la noche, me regresa con delicadeza al suelo
para no fatigar mis flancos, siete años viviendo juntos han hecho que pierda
algunas destrezas.
Continuo con mi ronda de siempre,
esta vez voy unas cuantas cuadras más al sur, ahí los humanos son menos
amables, una humano hembra me lanza agua al lomo, que seres tan primitivos,
ayer unas crías humanas me arrojaron piedras en plena reunión con mis amigos,
los premiaron con helado y como menos nos esperamos nos buscaron para
convidarnos unas lamidas.
Me acariciaban la panza… Grrrr…
De pronto me espantaron a ladridos,
quien los entiende? Malditos animales!
Mi amo de vez en cuando me jala los
bigotes después de rascar mi cabeza, y la verdad cada vez es más difícil regresar
a casa, no siempre creo lo que me dice mi amo, creo que él no sabe lo que
siente.
Voy a la última reunión de control del
día, va a ser en el parque, a ver qué sucede…
A la mañana siguiente, al sentir
mis pelos, mi amo se alegra y me soba la cola.